© Miguel Taboada
(España, 1947)
María Pilar Jiménez Aleixandre afirma que escribir es una actividad furtiva, más para quien, como ella, tiene la lengua partida, aunque ambas mitades o voces son feministas: una es narradora y poeta en gallego, lo que consiguió apropiándose de infancias e imaginarios de otros; la otra, bióloga, ha investigado sobre argumentación y pensamiento crítico. A veces una de estas voces se le atraviesa en la garganta, como las espinas de los pescados que en Galicia se comen con cabeza.
Escribe acerca de la violencia social ejercida sobre colectivos, acerca de vidas que no le han importado a nadie. Su narrativa ha merecido numerosos premios, el más reciente el Premio Nacional de Narrativa 2022 por As malas mulleres (2021), en castellano Las malas mujeres (Xordica, 2022) que recupera la vida de las presas en La Galera, y el volumen de relatos Lobos en las islas (Arde, 2022). Autora de más de veinte novelas juveniles e infantiles, muy premiadas; la mayoría traducida al castellano y dos de ellas al inglés, así La cabeza de medusa (Head of Medusa, Small Station Press, 2019), sobre la violación social que sigue a la física. Quizá por ser bióloga, su poesía está poblada por flores silvestres –con púas, como los tojos– y animales rebeldes, así Oveja descarriada.
Tres de sus volúmenes de poesía están reunidos en Mudanzas e outros velenos (Mudanzas y otros venenos, 2017). Desde 2017 pertenece a la Real Academia Galega. Viajera impenitente, recuerda el proverbio árabe, no hay que confiar en las viajeras, pues cuentan muchas mentiras (las narradoras también).
Otras actividades en las que participa:
Escarbar en el pozo de la desmemoria