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Prensa

 

Guadalajara, Jalisco, a 05 de diciembre de 2024

La ciudad necesita al urbanismo para enfrentar la desigualdad

En la entrega de la Medalla Jorge Camberos Garibi se hizo un llamado pertinente para resolver una de las crisis de las ciudades latinoamericanas

 

La arquitectura, el patrimonio y el arte en general tienen su propio espacio dentro de las actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara con el programa ArpaFIL. Una de sus actividades es la entrega de la Medalla Jorge Camberos Garibi al mérito urbano, que se instauró desde 2018 y es promovida por el ahora presidente de la FIL, José Trinidad Padilla López. Con este reconocimiento se busca impulsar a urbanistas o arquitectos que reflejen el espíritu de Camberos Garibi, quien dedicó su carrera a una arquitectura de toque humanista, con un profundo cariño por su ciudad, tomando en cuenta las inquietudes reales de las personas que se relacionarían de manera directa con sus proyectos, para que al utilizarlos solucionaran las necesidades de la gente.

Este año la medalla se entregó al urbanista brasileño Pedro Abramo, profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil, e investigador del Consejo Científico Nacional de Brasil.

Juan Ángel Demerutis Arenas, profesor del Departamento de Proyectos Urbanísticos del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), resaltó que la trayectoria de Abramo lo ha puesto como referente en el urbanismo enfocado en la interpretación alternativa de las dimensiones económicas de las ciudades, para así crear políticas urbanas progresistas, ya que “las crisis urbanas son crisis humanas”.

Después de que Francisco Javier González Madariaga, rector del CUAAD, hizo la entrega oficial de la medalla, quedó más claro por qué. Primero en un español casi perfecto y pausado, luego en un portuñol acelerado y apasionado, Abramo quiso compartir una presentación, pero cambió de opinión: “Mejor lo platico”, indicó sin tomarle mucha atención al avance de las plantillas que se proyectaban automáticamente en la pantalla detrás de él. “El urbanismo de los años ochenta empezó a criticar al urbanismo como organismo regulatorio para el uso de suelos”, señaló. En su lugar, explicó después, la economía comenzó a ganar más protagonismo, con una dinámica que ha hecho mucho daño a la manera en que se organiza el espacio, quien tiene oportunidad de comprar propiedades y lo que las personas tienen que implementar para hacerse de una vivienda, sea como sea.

A pesar de que no tuvo mucho tiempo para elaborar sus observaciones, sí dejó en claro que la ley del mercado, esa que decide subir el valor de una zona, segregar a quienes ya no pueden pagarla y les obliga a crear sus propios asentamientos en la periferia de manera informal, no es la solución a ninguna crisis inmobiliaria, sobre todo si sus causas están en el mismo sector que intenta tener el control total de la configuración de la ciudad.

“La dinámica del mercado produce una ciudad que se compacta y se expande, que tiene una estructura muy particular, que es confusa”, lo que es grave porque una parte de la sociedad no tiene acceso al mercado por el propio diseño de las reglas que ese modelo establece, así que están excluidas “por el criterio fundamental básico, que es poseer capital monetario, y tampoco lo tienen desde la lógica del apoyo del Estado”. ¿La única solución? Ocupar el espacio y usar la informalidad urbana (sin servicios, espacios dignos, transporte para acercarse a las zonas donde desarrollan diferentes facetas de su vida, que llaman a crimen).

“Ya no se necesitan humanistas porque hay ley del mercado”, indicó sarcásticamente, pero hizo un llamado, casi ya en un grito, a los arquitectos, ingenieros, estudiantes y profesores, para que el urbanismo regrese “con el rigor científico, asociado a la sensibilidad popular y procesos de participación, para enfrentar el drama de la desigualdad” que pueblan las ciudades de América Latina.

Los entusiastas aplausos del público le dieron la razón.

 

Para más información contacte a:

Mariño González, coordinadora general de Prensa y Difusión, al teléfono (+52) 33 3810 0331, ext. 950