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Prensa

 

Guadalajara, Jalisco, a 05 de diciembre de 2024

Cambiar la industria editorial, un libro de cuentos a la vez

La Editorial Páginas de Espuma celebró 25 años de labor incansable para darle al cuento el lugar que realmente merece

 

Todos estuvieron invitados a este festejo: personas que se dedican a la edición o a la escritura, o a ambas; quienes apenas comienzan a aventurarse en las letras, los que buscan nuevas lecturas; quienes ya conocen de cerca a Juan Casamayor, los que sólo han escuchado hablar de él o quienes escuchan su nombre por primera vez. Pero sobre todo, al Salón 3 del Área Nacional de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara acudieron lectores y lectoras de cuento para celebrar los primeros 25 años de la Editorial española Páginas de Espuma.

El sello es un proyecto que nació en 1999; cuando comenzó, la gente cercana a su editor y fundador, Casamayor, pensaron que estaba loco. En esa época, y todavía hasta no hace mucho, el relato no se consideraba como un vehículo importante en la narrativa, tanto para quienes deseaban consagrarse en la literatura como para quienes se encargan de hacer sus libros y venderlos.

Sin embargo, el trabajo de Juan, quien recibió el Homenaje al Mérito Editorial de la FIL en 2017, tiene una cualidad que lo destaca de otros. Según palabras de su amigo Xavi Ayén, periodista cultural de España que la hizo de moderador en el evento, “no conozco a editor más insistente por cómo trabaja con sus autores, con sus textos y con la manera en que crea puentes”, razón por la que este sello “no es una editorial de un país: es una editorial de la lengua española”.

En la mesa, Casamayor estuvo acompañado de una selección de escritores y escritoras mexicanos que de alguna manera cambiaron su vida, y la de la editorial, al sumarse a su proyecto. Laura Baeza (la más joven esa noche), Antonio Ortuño (el que lleva más tiempo en sus filas: 17 años), Cecilia Eudave, Socorro Venegas y Jorge Volpi compartieron con los presentes cómo conocieron a Juan y el camino que su relación, tanto profesional como de amistad, en su carrera literaria.

“Yo no suelo escribir cuentos, pero la única vez que lo hice fue para estar en Páginas de Espuma”, dijo Volpi, quien además ha propuesto colecciones y proyectos con su editor, como una enciclopedia con 40 cuentistas menores de 40 años para celebrar este cuarto de siglo del sello, a modo de La enciclopedia de Tlön. También fue responsable de que la colección Vindictas, coordinada por Socorro Venegas para la UNAM y que al inicio se enfocó en rescatar novelas de autoras olvidadas por el canon, tuviera su catálogo de cuentistas.

Casamayor ha sido el impulsor de las carreras de narradores que, con todo y que ya poseen títulos en editoriales mucho más grandes, regresan a él cuando tienen oportunidad. Por ejemplo, Antonio Ortuño, quien todavía no sabe cómo fue que sus cuentos le llegaron a su editor más longevo, en una época en la que nadie apostaba a su escritura. Un día abrió su correo y en la carpeta de Spam estaba un mensaje de Juan, diciéndole que lo había leído en su blog. “¿Se acuerdan cuando los blogs o Twitter iban a cambiar la historia de la literatura?”, preguntó con ironía el autor de El jardín japonés, libro con el que se estrenó en Páginas de Espuma. Luego compartió una historia de su primera visita a España para promover ese título, en el que cruzó el Atlántico por primera vez, y por primera vez perdió un avión, tomó un tren, tuvo que pedir aventón en una carretera y terminó en un festival literario en la punta de una colina, sentado sobre una piedra junto con Elena Poniatowska.

“Juan hace un gran trabajo reivindicando el cuento”, dijo Chimal, “y todo lo que ocurre alrededor de Juan es tan entrañable, que me gustaría contagiar esta sensación, porque hubo una época en que al cuento se le veía feo”. Laura Baeza, quien declaró que los cuentos fueron los que le abrieron el camino a su carrera de escritora, contó que aunque no ganó aquella vez que envió su manuscrito a la convocatoria del Premio Ribera del Duero —que Páginas de Espuma creó en 2008—, en verdad ganó mucho, porque Una grieta en la noche encontró casa. Cecilia Eudave habló de cuando se atrevió a enviarle sus cuentos, al igual que Venegas, que le confió un proyecto que se creó en un duelo que vivió hace muchos años, y que se convirtió en un libro híbrido, más de arte.

Todas estas expresiones de una “relación poliamorosa entre el editor y sus autores”, como bromeó Xavi, fueron la antesala de las palabras de Casamayor, que tiene ya 22 años asistiendo a la FIL ininterrumpidamente, y le pidió también a los integrantes de la escuela de escritores que posaran con él y sus amigos de la mesa para una foto. “A la FIL le quiero agradecer muchas cosas”, un lugar en el que “es imposible agotarse de todo lo que se vive aquí”, dijo momentos antes de tomarla.

También le dedicó algunas palabras a quienes hablaron de él al principio: a Laura, “por ser un sostén para que los autores y las autoras tuvieran un puente para cruzar”; a Jorge, quien está unido a él gracias a Ignacio Padilla (narrador fallecido en 2016) y a que Volpi “siempre tienen unas ideas muy locas”; a Cecilia, por la conversación tan valiosa que tuvieron la primera vez que se reunieron, después de leer sus cuentos.

De Chimal recordó cómo asustaba a su hijo pequeño cuando lo vio caminar con bastón y la pierna enyesada, aunque después ya estaban jugando como si nada. Y a Socorro le agradeció haberle confiado Ceniza roja, porque nunca “me habían dado un legado así, de un diario de duelo. Yo tuve que leer en voz alta el manuscrito”, porque no soportaba hacerlo por sí misma, “pero ella me leyó en voz alta las pruebas a mí. Se cerró el círculo”. Y a Antonio, el amigo-autor más antiguo, le dio las gracias por todos los momentos, buenos y malos, que han pasado, como emborracharse, viajar y otros recuerdos que mejor quieren olvidar.

La labor de Juan Casamayor, por otro lado, no será olvidada. Porque como dijo Ortuño, ni los blogs, ni Twitter transformaron la literatura, pero Páginas de Espuma, definitivamente sí.

 

Para más información contacte a:

Mariño González, coordinadora general de Prensa y Difusión, al teléfono (+52) 33 3810 0331, ext. 950